9/8/08

Hospitalidad


Vasto el paisaje, terso el camino y abierta como nunca antes la caverna cuyas paredes lloran. Las distancias indiferentes, porque nacieron para eso. El rumbo, terco, porque si fuese cobarde dejaría de existir. Mis manos heladas como de miedo, pero esta vez sudaban como anticipando el calor que las habría de quemar. La sangre se convertía en aire y en insistentes exhalaciones me dejaba el color vacío de la palidez.

Mi cuerpo enroscado en ideas, triturándolas con temores hasta extirparles el alma, y dejar entonces cadáveres que la gente suele llamar expectativas. Los ojos, testificando la muerte y viendo ocurrir la infección de culpa que brota, naturalmente, de los despojos inertes de la dignidad. Dilemas, siempre dilemas. Aunque siendo optimista, creo que el poder identificarlos es el principio de la resurrección.

¿Por qué la agitación, si de anhelos debe vivir un hombre?, ¿Por qué la angustia, si a un hombre bueno los anhelos le tapizan el palacio de la realidad?.

Y la sombra del desamparo merodeando al pie de mi vida, como el más fiel de los perros, como el más cercano de mis traidores. Aún así he decidido seguir adelante, machacando tiempo con el ruido de mis pasos, despojado de apegos para no tener que llorar más que por mi.

Acercándome a la puerta me es más difícil el respiro, más lenta la consciencia y más espesa la movilidad. Llamo con toques torpes, la puerta da al cielo...
La mujer de mi vida, con un abrazo me perdona la existencia y con un beso de ojos y labios me devuelve una esperanza zurcida de trozos, pero entera, para abrigarnos los dos hasta que deba dejarla de nuevo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

" Hospitalidad "

Antes tenía una casa no un hogar. Estaba sola estando acompañada.
Hoy la soledad me abraza en aras de lograr perfección.
Soy una buena anfitriona y eso no tiene discusión.
Aún mis labios son testigos del sabor de una copa de vino y de un plato de pasta. Todavía resuenan las risas producto de una interesante conversación.
Sí, degusto tu sabor. Dilemas, siempre, espectativas ninguna, evolución constante.

Un abrazo,
Angel Negro

Cristibel dijo...

Me quedè muda de asombro.

Cristibel dijo...

Me quedè muda de asombro. Sin embargo tus palabras nunca pierden su exquisitez.

Anónimo dijo...

Es a ti a quien le brotan naturalmente lo que , tambien escribes . Y como siempre es un placer leerte en cada sentimiento que plasmas de tan particulat manera.
Un abrazo.

Verónica E. Díaz M. dijo...

Pensè que lo habìa escrito yo de alguna forma... pero la mujer, de la que hablas al final me sacò de toda duda....

Un abrazo

Anónimo dijo...

Siempre hay que seguir adelante, aunque nos pesen los bolsillos.
Exquisito texto que ya he leído varias veces.
Abrazo