
El fin justifica los medios cuando se trata de llegar con sinceridad al corazón de una mujer. Es válido entonces echar mano de la comprensión -pero no de esa que se concede, sino de la que se reconoce desde antes de ser ofrecida-, de los pactos de libertad –pero no esa libertad inexpresiva que suele mimetizar las cadenas-, de la admiración derrochada –pero no esa que espera ser retribuida-, del respeto -de ese gratuito ofrendado a la dignidad-.
Ema sabía que sus silencios no eran voluntarios, que su caminar por los días era inestable, que las ideas ya no eran esperanzas, y que las pocas palabras se habían vuelto ruidos.
Ema dormía para descansar, más ya no para soñar, comía para vivir, ya no para extasiarse, vivía para vivir, más ya no para ser, porque ser es pensar y sentir, mientras Ema había sucumbido al ensueño de su alma.
Con mil pretextos, Ema trataba de velar el vaho agrio de las penas, que amanecía con ella pintándole oscuridad bajo los ojos. Trataba de lavar con el bautismo matutino el olor del descalabro, de la rendición temida pero aceptada, trataba con sus abluciones de despojarse de los arañazos tatuados por el duende de la impotencia que le nacía de la respiración.
Se maquillaba de escape, y solía caminar tan rápido como le fuera posible para que la consciencia no le alcanzase, porque sabía que ésta trae consigo el tenso hilo con que estrangula tanto a cobardes como a sumisos.
Ema corrió, ciertamente, pero juega el tiempo a favor de la consciencia, y al final del camino, en su lecho de muerte, se dispuso a soñar, a ser y sentir, se permitió existir por un segundo, que tardó toda su vida.
Había llegado el amante a hacerle compañía, vertió libertad sobre ella, acurrucó su cuerpo hasta matarle la soledad, y le insuflo aliento a su dignidad para que volviera a vivir, … esta vez eternamente.
11 comentarios:
Maravilla todo lo que he leído, me alegra mucho reencontrarte. No te pierdas.
Besos
Gracias, sos muy gentil.
Vuelvo y voy leyendo y cada vez te admiro más, tienes una prosa magnífica, una riqueza de vocabulario que apabulla, en definitiva, que tienes un gran blog, por favor, sigue escribiendo.
Muchos besos
Venga... que no te olvido, no tardes, por favor...
Un besazo y buen fin de semana
Un beso enorme...
Tus silencios y la falta de letras, me ponen triste...
Un abrazo desde el mar
En algún momento de mi Vida he sido Emma, pero no en toda...
¿Cuándo te dejarás ver?
Más de un mes sin subir nada a tu blog... aisssss que penita me da...
Pero bueno, yo no pienso dejar de reñirte por no escribir :-)
Besitos y buena semana
Un besito y como no quiero hacerme pesada, no te digo lo de escribir, si te digo que tienes mi cariño y admiración. Espero que estés bien, un abrazo también.
Estoy aquí y estaré, siempre para dejarte un beso enorme y un abracito...
Y el tercero es ¿para cuándo el próximo? jajaja
Publicar un comentario