7/4/08


¿Muerto?, ¿Yo?. Se equivocan. Hoy he despertado como todos los días, luego de un sueño atribulado, al que he caído sin darme cuenta mientras pensaba en lo acontecido durante la jornada ya vivida; he corrido a la ducha sin verme al espejo, y tomado el desayuno sin haber sentido el agua que limpió mi piel. He tomado el autobús sin recordar el sabor exacto de cada alimento que había llevado a mi boca. Caminé al trabajo sin haberme percatado del sencillo viaje previo, sin haber cerrado los ojos para sentir el camino o escuchar el barullo del amanecer.

Hice cuanto pude durante las labores, aunque quizá no hice lo que quise, y por tanto tampoco lo que debía. Trabajé hasta la noche, quizá sin sentir la vitalidad de mi cuerpo y la perfección del engranaje en mis órganos; quizá no me vi en las otras personas, ni me encomendé a mí en los momentos de angustia. Tal vez me sentí solo entre tantos, y me refugié en distracciones. Tal vez huí del amor y evité la felicidad.

¿Muerto?, ¡Claro que no!. Estoy vivo y sé adónde quiero llegar. Aunque quizá he obviado el camino o he deseado que sea tan corto como para no sentirlo pasar. Cada día he deseado conseguir determinadas cosas, alcanzar ciertos objetivos, lograr algunas metas, pero, eso sí, una vez que con premura llegué a ellas, la insatisfacción me asola y me dice que no era suficiente.

¡Estoy vivo!, hablo, camino, trabajo, me alimento, duermo, sueño y despierto. Aunque, ciertamente, no escucho lo que hablo, no me percato del camino, la pasión se distancia del trabajo, no tributo mi paladar, me provoco el sueño sin conseguir descansar, y despierto… para volver a empezar.

¿Muerto?. Quizá. Porque ni siquiera entiendo que la muerte no debe ser trágica o dolorosa, sino un eslabón en la eternidad, un nuevo estado de vida.

¿Muerto?, no, creo que no, porque ni la muerte está vacía de la vida.

No vivir es no ser, y no ser es la brutal desaparición de la energía. No ser es temer, odiar, huir, obviar. No ser es no vivir, … y no vivir es el mayor desprecio a un estado divino.


¿Vivo?, ¿Yo?,... lamentablemente no.

8 comentarios:

EstefaníaV dijo...

Cómo nos confrontás con nosotros mismos... Siempre tus palabras están llenas de luz.
Un abrazo Roge, sabés que te amo, estoy hablando en este momento con Diego para que nos veamos todos. :)
Saludos a Melita.

Anónimo dijo...

Amigo,si tú vives en lo que escribes.(humildemente )

Verónica E. Díaz M. dijo...

Sabes, a veces pasa, a mí me está pasando y me da rabia. Lo externo se adueña de lo que UNO quiere manifestar. Son trampas, pruebas, arenas movedizas que nos impiden ver la Luz o convertirnos en antorchas. En mi país hay un refrán que dice: "No hay que darle el gusto al diablo". Yo le estoy dando batalla. Unamos fuerzas.
Un abrazo

Despecador dijo...

Estef: Gracias con el corazón, sería inspirador compartir de nuevo.

Mr. Bonkei: Amigo, ojalá mis letras describieran ficción. Sólo decidamos que así sea.

Veronika: Gracias por tu visita. Tenés razón, "darle el gusto al diablo" no es más que creernos débiles o imperfectos. Gracias por permitirme estar con vos.

Cristibel dijo...

Respira.

Siente.

Entonces estás listo.


P.D.: Me alegra saber de un encuentro próximo. Ya es necesario.

Un abrazo desde el alma.

Anónimo dijo...

Pues yo te siento muy vivo, y me gusta.
Me encantó, muy bueno
Besos

Anónimo dijo...

Me alegra tu visita... mucho.

Un beso

Anónimo dijo...

He estado leyendo todo tu blog, es una maravilla, escribes muy muy bien. Qué pena que no publiques más a menudo ¡anímate¡ anda... hazlo por el bien del arte, el que tú tienes, tienes don.
Besos