4/4/13

Un mar en Calma



Porque quien conoce el mar en Calma, nunca pierde la Esperanza.

¡La marea ha vuelto!
Y ha plantado, una vez más,
millones de minúsculas estrellas
que amedrentan la aridez;
ha vuelto con su almizclada brisa,
cálida y vital como el aliento de la Providencia.
Ha vuelto la marea con su arrullo tenaz
y con la tremenda fertilidad de sus besos
que nacen incandescentes,
crecen húmedos y mueren esparcidos.

¡La marea ha vuelto!
Vestida con pulcros tafetanes
y encajes eternamente tejidos
por la vasta vida del mar.

Ha vuelto la marea…
con su inevitable inercia de retroceso.
Pero esta vez me ha de dejar
lo que siempre me ha pertenecido:
Un abrazo tercamente incomprendido;
un prístino erotismo que mana
de la renuncia en proximidad,
del vívido recuerdo que sólo da la cercanía
y de la callada inminencia que no conoce imposibles;
una anclada sensación
de mejillas ardientes y respiración en suspenso
como síntoma de ese anhelo lúbrico,
tan pleno como absurdo,
de querer hacerle el amor al mar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno... esto no lo había visto yo R.

Yo te mato... y más, cuando te callas, es precioso, precioso lo que has escrito, por favor, ven, dime algo, que sabes que te quiero.

Mis besos largos, dulces, sentidos...

Anónimo dijo...

No me canso de leerlo, no, no me canso, no, ni me cansaré R. eres un poetazo, un pedazo de alma flotando en el universo mío.

Más besos...