13/11/09

De flores y otros milagros


¿Saben?, no se mata así no más a una flor.

Debe para tal efecto morir primero quien la asesina. Dicen que la belleza enfrenta la amenaza matando a su agresor, secándole las vísceras y llenándole de ardores el corazón.

Una flor no muere, su fragilidad es aparente, así atrae a los bárbaros como moscas y les arrebata la vida, no como un acto de hostilidad, sino como una muestra de piedad ante la miseria de quien carece de misericordia.

La flor se rinde solo para dar vida, se auto liquida para seguir viviendo en un continuo acto de amor.

Y el aroma ¿Qué hay de esa liviandad divina? Hay desprendimiento, tributo, devoción, sacrificio, voluntad sin límites para renovarse y crecer, para deshacerse con el aire y renacer en un recuerdo.

La flor como el Hombre, es una interrogación, un misterio que se revela sólo a sí mismo, una causa y un fin, una razón para explicarlo todo. Quizá el Hombre no nace sino florece, huele a sus actos y por ellos nunca muere. Quizá el Hombre es frágil porque es eterno, etéreo porque lo es todo, quizá es solo una flor que se contempla.

Dios, evítame la muerte de creer que nunca moriré.

4 comentarios:

Kelly dijo...

Me alegra mucho verte por aquí y poder leer tus bonitas palabras.
Si me permites te tomo prestadas tus flores para que adornen mi blog.

Un beso!!

Despecador dijo...

Por favor amiga, siempre serán más tuyas que mías. Un abrazo

Anónimo dijo...

Las flores al igual que las personas tienen un tiempo para vivir y otro para morir, al igual que a las personas muchas veces se las mata sin compasión, me ha impresionado mucho lo que has escrito R. mucho.
Un beso con abrazo

Anónimo dijo...

Un beso mi querido amigo...estoy.