2/4/07

PIANO


Un buen día caí dormido
sobre el teclado de un piano,
y lejos de callar, la música
fue cada vez más bella,
la armonía celestial
se desparramó sutil y simétrica
y la energía desconoció las formas
convirtiéndose en sonido y calor
igual que en color y aroma,

Se evaporaron en sueños los pensamientos
y habiendo abandonado mi cabeza,
se auto dibujaron en dedos
para sumarse a la sinfonía licenciosa
y escurrir caricias como besos
en el costillar del instrumento.

Dormí plácido
aunque no hubo descanso,
ni retroceso,
tampoco pausa o distracción,
sólo hambre y constancia...
sed y abundancia,
expidiendo amor entre las notas
como navajas vivas entre la piel.

Creí despertar cuando el piano bailó,
arrullando con sensaciones
a mi rostro de batiscafo,
el piano bailó poseído por la serpiente quizá
que encanta y exilia seres humanos
cuando danza, muere y resucita
enjaulada entre pentagramas.

La música se hizo carne,
se derritió la canción en sangre
la sinfonía fue un exorcismo
y corearon los instrumentos
la fortísima partitura del piano.

El piano ascendía y descendía
enrojeciendo los ojos
y haciendo sudar a la madera,
se retorcía como tablones jóvenes
acechados por la intermitencia
entre la lluvia y el sol.

Al fin desperté, pero ya el piano no estaba...

...antes de dosificarme el miedo
en las atribuladas venas,
un ruido en la estancia acusó su presencia...


...ella volvía para compartir su vientre.

2 comentarios:

Unknown dijo...

mi envejecido amor, convive con tus pies sangrantes y mi cabello suelto, no quiero dejar que el viento como siempre aleje de mi el conjunto que somos juntos, busco en ti el amor de huracan y mar bravio que soplo mi canto la primera vez, sin esperanza de que vuelva tu lluvia a mi bosque, espero sin esperar nada, porque es posible que nada vuelva... para vos Rogelio.

Despecador dijo...

Gracias Mela, que hermosa experiencia la que cuentas, agradezco el gesto de la dedicatoria.