Decir puente
es decir mano, abrazo,
espiga que logra aferrar al viento,
camino que se teje para abrigar.

Decir puente
es lamer la sal
que escurre sobre las mejillas,
es mirar a la cercanía
con la capacidad del águila.

Decir puente es decirte,
porque es caminar sobre tus ríos.
Es cruzar en diagonal tu cuerpo
siguiendo la fuerza de tus caudales.

Decir puente es tomarte
con la furia de una tormenta
y observar el paso de los diluvios
entre tus arcos
mientras oprimo la dignidad convulsa
de tus barandas, pretiles y balcones.

Decirte puente es regocijo
por lo que hemos construido,
es enarbolar un susurro
para labrar el mármol caliente
que de las entrañas te fluye.

Decir puente es decirte,
como decirte es puente
para desearte y llamarte...
decirte puente es vida,
es caminar y rodearte,
...es siempre esperarte.

Decir puente es saberte libre
como se acompaña a las aguas,
saludándolas y despidiéndolas,
sin dejar nunca de amarlas.