20/1/07





Ahora entiendo

que son ecos las personas,

que en las flores me repito

y me repinta como a ellas

la brocha intensa del Sol.



...Ahora entiendo

que la crueldad es un espejo.



Comprendo ahora

el peregrinar de los péndulos,

y de los pétalos su igualdad

con la maciza roca.



Se disgrega lo sagrado

y las sombras se desploman

con la ronda de sus brazos

que un día fueron mi prisión.



...Ahora entiendo

que la libertad sabe a mujer.

2 comentarios:

Cristibel dijo...

Como ya te oí leerlo, pude oírte al volverlo a leer.

La frase que más me gusta es la del final. Me recuerda las posibilidades que tengo como mujer: me anima.

Anónimo dijo...

Bueno, pues ya cumplió el cometido más importante...

Gracias, amiga.